miércoles, 21 de febrero de 2018

Doctor Serafín Bohórquez.

Doctor Serafín Bohórquez

Fotografía de Manolo Cabello

Ayer

La calle Nueva es una de las 25 primeras calles que componían Ubrique en 1823^[1] y que formaban el casco urbano en esa fecha. En la segunda mitad del siglo XX se cambió su nombre, calle Nueva, por calle Serafín Bohórquez, médico ubriqueño que destacó por su bonomía y que, curiosamente, no se dedicó a la medicina. Ubrique le debe muchas cosas a don Serafín Bohórquez, eminente Histólogo, discípulo de don Santiago Ramón y Cajal. Dedicó toda su vida a la investigación científica y los resultados que obtenía los comunicaba a la Facultad de Histología en Madrid. Ayudaba a los médicos de Ubrique haciendo análisis para los enfermos que entonces tenían que mandarse al Laboratorio de Jerez y no los cobraba. Era una persona muy educada, modestísimo y un gran humanista que conjugaba esa condición con la de científico pulcro y riguroso. Su único hobby era su paseo diario calle Nueva hacia las Cumbres cabalgando en su bellísimo caballo blanco de pura raza española. A veces le acompañaba su Mozo Miguel Montero a lomos de una yegua árabe. Como buen científico era un hombre curioso al que le gustaba investigar e innovar. En la carretera de Ubrique a Benaocaz hay un pluviómetro que él mismo colocó para comprobar si de verdad la pluviosidad de la zona era tan abundante como se sospechaba. Era realmente un precursor. Aún se conserva el pluviómetro en el lugar conocido actualmente como "Curva del Pluviómetro".

Fotografía de Luis Eduardo Rubio

Serafín Bohórquez era observador meteorológico voluntario. En su huerta había una estación meteorológica donde todos los días se tomaban los datos y se llevaban a un cuadernillo que se enviaban mensualmente a Cádiz.